04 noviembre 2009

Risto Mejide y su sillón de Corleone



G-20 es el programa que Risto Mejide lleva adelante por las noches en tele 5, hoy le traigo a este blog porque no va a ser siempre él quien critique a los demás, hoy le toca a él ser criticado.

Nadie conocía a Risto hasta que apareció como jurado en aquél concurso de operación triunfo. Siempre me pareció que desarrollaba el papel de tipo duro que no se corta a la hora de opinar y que cuanto más duro y agrio es, mejor. Pienso que él mismo era fruto de su propio marqueting, todo por la popularidad y abrirse campo, no dudando de herir el orgullo y la sensibilidad de jóvenes que intentaban hacer realidad un sueño, aunque tengo la impresión de que alguna vez él mismo se arrepintió de lo dicho a los concursantes (es lo que pienso) pero no podía dejar de ser fiel a su imagen.
Mal, Risto, mal hecho porque no está bien abrirse camino pisando a otros. Cuando se critica hay que intentar ser justos, ni buenos ni malos, ni duros ni blandos, JUSTOS y si hay que rectificar se rectifica y se queda como un señor.


El caso es que, como cabía de esperar, le salió bien, porque lo sorprendente, lo distinto, lo contrario a las normas, aunque hace romper vestiduras siempre tiene éxito, de hecho ahí lo tenemos en el programa G-20, programa que desde el primer día que lo vi me dije: “esto tiene gancho”.
Y lo tiene porque gustan los programas donde alguien no duda en decir con palabras de la calle lo que piensa, que en realidad es lo que pensamos la mayoría de los ciudadanos. Sin ningún color político porque no todo es blanco ni todo es negro.

Estos programas son necesarios porque nos vemos representados en quien habla y nos da la impresión de que somos nosotros mismos quienes estamos hablando y a veces hasta llegamos a decir: “TOMAAAA…” aunque la cosa no tenga mayor trascendencia que la de autoliberarnos.

Son necesarios los programas de denuncia social y política y la verdad es que hoy por hoy y tal como está el patio, hay material suficiente y de sobra para un programa de 24 horas diarias.


G-20 es lo que le va a Risto, un programa crítico con pinceladas humorísticas. Y si no que alguien me diga si no tiene gracia que un nuevo apartado de su programa sea el de “se busca concejal honrado”, menudo desafío, gracioso e irónico donde los haya, no sé si es fruto de la imaginación de Risto pero es para aplaudir a quien se le haya ocurrido. Así como llevar como invitada a Belén Estéban, se sabía por adelantado la audiencia supergenerosa que obtendría. Por cierto, óle por ella cuando al mensaje de alguien diciéndole que por qué no trabajaba le respondió que ella había estado fregando suelos, óle la naturalidad y la dignidad, no todo el mundo lo hubiese dicho.


Como resumen decir que Risto está aquí en su salsa, que este es su programa y no el otro, que aquí se le ve más a él mismo, dice lo que piensa realmente, lo que cree, sin tener que representar ningún personaje, bueno, aunque sentado en su sillón intente recordarnos a Corleone cuando dijo aquello de... “No es nada personal, sólo son negocios”.




—Manly, ¿tú no decías que Risto era un bocazas?
—Pirmaky, y lo sigo diciendo, por eso veo todos los días el G-20.




Publicado por ©Manly

2 comentarios:

Jesav dijo...

Hay señor señor ..... ¡pero que programas ves!

belcebu dijo...

(DECADENTE) nos tienen viendo basura y mas basura .

Bocazas y mas bocazas y para ello retrasan una hora para ahorrar energia viendo y viendo mas programas de interes social oleee por ellos , seguro que no tienen callos en las manos,si no que tienen hemorroides de tanto estar sentados.