Tenemos dos noticias, una buena y una mala. Empecemos por la
mala:
La ingesta de alcohol
se acumula en forma de grasa, la cerveza tiene alcohol, por lo tanto la
ingesta de alcohol se acumula en forma de grasa. Si, aunque lloremos al
escribirlo. Pero ahora viene la noticia buena: La ingesta de cerveza,
responsable, es saludable para la salud. Óle ¡!
La cerveza es una bebida que se elabora a partir de elementos
naturales, es decir, básicamente la cerveza es sana.
Contiene cebada, malta y lúpulo y en cuanto al alcohol es una cantidad considerablemente mucho menor
al resto de bebidas alcohólicas.
En cuanto a la tabla de calorías que aporta un vaso de
cerveza es de unos 42 kcal.
El Instituto de Ciencias y Tecnología de Alimentos y Nutrición,
nos alegra el día, digo el día? El año,
la vida¡¡¡¡ cuando sostiene que los asiduos
a la cerveza, siempre y cuando sea en cantidades moderadas, poseen una composición corporal
más adecuada que aquellos que no consumen cerveza.
Y también La Sociedad española de dietética y ciencias de la
alimentación, sostiene que el consumo moderado de cerveza nos favorece la salud
por su aporte vitaminas, hidratos de carbono y proteínas, aminoácidos, minerales…
Algo importante es recordar que la cantidad recomendada al
día es de uno o dos vasos de 33cl. Consumiendo un vaso se reduce la posibilidad de padecer infarto
hasta un 35% . Por el contrario consumir diariamente 5 o más vasos de alcohol
eleva un 30% el riesgo de infarto.
El silicio que contiene la cerveza ayuda a mejorar la masa
ósea ayudando a la prevención de la osteoporosis. También el silicio ayuda a impedir la
acumulación en el organismo de metales tóxicos ayudando así a la prevención de enfermedades
neuronales degenerativas.
Mejora el sistema inmune
El lúpulo que es su ingrediente principal, tiene propiedades
antiinflamatorias y antibacterianas.
Por su contenido de más de un 90% de agua es un potente
diurético.
Tomada con moderación sube los niveles de HDL, lo que
normalmente llamamos colesterol bueno.
Pero repetimos, lo importante es la cantidad, que sea siempre
moderada, y por supuesto, siempre y cuando su ingesta no esté contraindicada por motivos como alcoholismo o problemas hepáticos.
©PyM
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