“O.K. we willo go” —OK, iremos—, estas fueron las
palabras pronunciadas por Eisenhower el día 5 de Junio de 1944 para
dar comienzo a la operación “Overlord”, operación clave para la derrota
del III Reich.
La operación había llevado 2 años de
preparación en secreto, se trataba de la mayor movilización militar en toda la
historia. Todo preparado para que los aliados, al mando del General
Eisenhower, superasen las defensas alemanas organizadas por el mariscal alemán
Rommel.
El 5 de Junio, la BBC, retransmitió el
segundo verso de un poema de Paul Verlaine:
“los largos sollozos de los violines del
otoño
hieren mi corazón con una monótona
languidez”
Era la señal. Los aliados estaban
preparados para atacar a los 70.000 soldados alemanes que aguardaban en las
costas francesas.
Fue un 6 de Junio de hace 76 años del
llamado “día D” y la “hora H”, cuando 175.000 soldados desembarcaron en
Normandía . La operación naval fue llamada “Operación Neptuno”.
Una movilización de 175.000 hombres,
50.000 vehículos, 5.000 buques y 15.000 aviones. Una combinación
de batalla naval y aérea, precedida por 20.000 paracaidistas que habían
sido lanzados la noche anterior para asegurar las vías de comunicación e
impedir los refuerzos alemanes.
10.200 bajas se produjeron el Día D, pero
la operación, a lo largo de su duración, sumó más de 220.000 muertos.
Se
dice que el día "D" es el más largo de la historia, pero también para
algunos fue el más corto de sus vidas. En honor a ellos y cada uno de
ellos, escribimos a continuación un testimonio real, un soldado que
estuvo ese día en ese lugar y a esa hora, un sobreviviente, un hombre
que cuenta su propia experiencia y del que lamentablemente desconocemos su
nombre. Una experiencia trágica como la guerra misma:
"Estaba descansando en el barco con
la cabeza sobre un salvavidas. De repente oímos un fuerte ruido y todo se
volvió negro, entendimos que un torpedo nos había alcanzado. Sin pensarlo
busqué con mi mano el salvavidas que ya no tenía bajo mi cabeza, lo encontré
y noté que alguien tiraba de él desde el otro extremo, no opuso
resistencia y lo cogí yo. Nunca supe quién fue aquél hombre ni tampoco si se
salvó.
Este recuerdo nunca he podido superarlo.
Avancé para buscar una salida a
cubierta y encontré hombres que hacían fila para salir por un hueco que se
había producido, yo decidí ir por otro camino por no aguardar. Muchos hombres
me seguían como si yo supiera exactamente qué hacer, pero no lo sabía.
Conseguí salir a cubierta.
El barco se empezó a hundir de un lado
como en las películas, y yo, gateando me agarré a la barandilla. Un fuerte
golpe me vino, era lo que yo creía una ola, me superó la cabeza, pero al
ver que no se iba entendí que estaba sumergido en el mar.
Luchaba por respirar pero cuando cogía un
poco de aire otra ola me sumergía.
Al fin vi unos restos de maderas que
flotaban y unos hombres se agarraban a ellos. Estaba rodeado de cuerpos, sabía
que eran muertos.
Me llevaron a un hospital, allí una
enfermera pelirroja acarició mi frente llevándome el pelo hacia atrás, tal como
lo hacía mi madre cuando yo era niño. Esto me tranquilizó y me quedé dormido.
Desperté el día de navidad.
Durante veinte años no pude contar esto a
nadie."
©PyM
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