Que ha llegado la era de Internet
y eso afecta a todos los planos de la vida cotidiana es un hecho al que todos nos hemos rendido,
algunos con entusiasmo pero otros parece que quieren que pase de soslayo por
sus vidas.
A parte del autobús, del metro,
del taxi, ahora tenemos los ciudadanos una nueva manera de trasladarnos: el
acuerdo mediante Internet con otras personas que hagan el mismo recorrido.
Recordemos que esto no es nuevo, hace ya años, por televisión nos invitaban a
que las personas que fuesen a trabajar en sus coches no lo hicieran solos y compartieran
sus vehículos con otras personas, compartiendo el gasto en gasolina les saldría
mas barato, habría menos números de coches y por lo tanto se llegaría antes,
menos contaminación… pues bien ahora no
deja de ser lo mismo pero la llamada se hace desde Internet.
Hay distintas aplicaciones que se
dedican a este menester unas con unas particularidades y otras con distintas,
Uber es la más nombrada. Desde estas app
se argumenta que “las movilizaciones son desmesuradas e intentan mantener al
sector en un estado inmovilista y cerrar las puertas a nuevas alternativas al
consumidor”.
El consumidor quiere competencia
en los distintos sectores porque esto le garantiza mejoras en precios, en
rendimientos y sobre todo posibilidad de
elección.
Lo que sale de todo contexto es
lo que ayer vimos en los medios de comunicación que pasaba en Barcelona, allí
donde los taxistas no habían sido
llamados a una huelga general sino un
paro promovido por un sindicato minoritario y protestas organizadas por el
resto, alli un grupo grande de taxistas en huelga, golpeaban el coche de otro taxista que no secundaba la
huelga de forma salvaje , con personas dentro, hasta dejarlo hecho trizas. Es decir, que la huelga se convertía en tiranía, se convertía en “se hace porque lo
digo yo”, nada de democracia, así que los datos de seguimiento no valen nada,
puesto que la huelga se ve -una vez mas como en tantas huelgas- era de
obligatorio seguimiento por los piquetes.
Un acuerdo tiene que haber,
quizás bajar los impuestos del taxi, en cualquier caso hay que sentarse y
hablarlo pero de nada vale que den hoy un portazo a los avances tecnológicos
porque el ciudadano, si se cierra una puerta, abre otra.
©PyM
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