A pocos metros de la Mezquita de
Córdoba se encuentra esta taberna que hoy comentamos.
En cuanto a precio un poco más bajo que el resto de restaurantes de la
zona.
Entramos y pedimos las berenjenas a la miel, las
croquetas de puchero (con sabor enteramente a pringá) rabo de toro (tierno y
sin nada de aceite ni grasa), tarta de queso (una porción que podía ser para
tres personas), Mouse de chocolate…
La cerveza estaba fría y bien tirada, era un placer
beberla, con una tapa generosa de aceitunas aliñadas que pusieron por gentileza
de la casa.
El local no es grande, tampoco
pequeño, es lo justo. Entras y encuentras una barra y un espacio con mesas y
sillas de madera, y al fondo el patio cordobés
con más mesas
Los platos, los cubiertos, las
copas… todo elegido y con un toque de
buen gusto.
El servicio a tiempo y muy
agradable. Ha sido una gozada comer en el patio con música si andaluza pero apartándose del típico
flamenco, alternando con música moderna,
Un detalle que agradecimos es que
quienes esperaban tener mesa para comer tenían que esperar no en el patio
sino en la barra, donde también había
mesas
Volveremos.
©PYM
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