10 septiembre 2011

En auge aquellos establecimientos donde no permiten niños

10 de Septiembre 2011


“Se prohíbe entrada a menores tanto acompañados con mayores o solos”. Esta advertencia luce a la entrada de más de un local. Nunca el derecho de admisión ha ido tan lejos, pero cada vez se hace más popular ¡fuera niños!

De siempre es sabido que en Francia existían restaurantes donde no se permitían niños pues bien, esta moda se va imponiendo en España y en todo el mundo cada vez con mayor aceptación.

“Para mayor tranquilidad de los residentes” dice la propaganda de estos hoteles y realmente no me digan que no es cierto, los niños dan mucha alegría pero de vez en cuando también viene bien el huir del ruido y del escándalo que forman las criaturas. El perfil de estos hoteles suele ser de cuatro estrellas, hoteles caros con todo tipo de comodidades, piscinas, spas, restaurantes…

Eso sí: “free child” sin niños.

“La realidad social proporciona perfiles diferentes, que además demandan ocio diferente en distintos momentos”, declara Jose Luis Zoreda, Vicepresidente de la asociación de los grupos empresarios turísticos

Pero como todo se cuestiona, y así ha de ser, se ha suscitado una polémica ¿hasta qué punto un local como un restaurante, un hotel puede limitar su entrada a un niño? Concretamente en Burgos una señora ha presentado una denuncia a un local, no de alterne, donde le prohibieron entrar con su bebé de 4 meses. Digo yo que el propietario de un local puede libremente optar por el ambiente determinado que desee siempre y cuando no haga de esta limitación una discriminación de raza, sexo y demás como así nos dice la constitución.
Claro que hay otra solución para mantener la tranquilidad de los clientes en un establecimiento donde se permitan niños, esta solución pasa porque cada niño vaya acompañado de un padre o tutor que se responsabilice de dicho niño y que cuando esa criatura le de en un restaurante por tirar las cucharas al suelo, correr entre las mesas y gritar a moco tendido, el padre le llame la atención controle al niño y nos deje a los demás comer tranquilamente, pero esto no sucede así y lejos de suceder así el padre le ríe las gracias al niño y para los demás nos queda el remedio del ajo y agua, y si no dile tú algo al niño y se te echa todo el mundo encima.
Yo con sinceridad cuando me subo al AVE y veo que hay un niño en mi vagón: tiemblo, “4 horas aguantando al niño” me digo para mis adentros. Y no me equivoco nunca.


“La singularización es clave para reforzar la competitividad, la oferta de establecimientos sin niños todavía no tiene categoría propia pero puede ser un mercado creciente por la evolución de la propia sociedad”, añade Zoreda y no se equivoca.


Hasta ahí todo muy bien, pero muy “jebi” nos parece un hotel del que no vamos a decir su nombre para no hacerle publicidad, un hotel de lujo donde no prohíben llevar a niños pero, según dicen en el hotel, para que esos niños no molesten al resto de clientes les dan de comer en la cocina y cuando han acabado avisan a los padres para que ellos vayan a comer al comedor principal. Esto ya es pasarse pero como hay gente para todo de todo tiene que haber.


Publicado por ©Manly


3 comentarios:

Jesús dijo...

Es que los niños de hoy en dia están muy mal educados, como no se les puede soltar un sopapo no tienen miedo a nada.

⟴Ricard dijo...

No se les ha ocurrido ponerlos en el congelador? - Es muy efectivo. Primero tiemblan un poco y algunos hasta chillan, pero al cabo de un ratito están calladitos y muy quietos.
Si ves que tienen miedo, siempre puedes aprovechar para que les acompañen, los abuelos. Así matas dos pájaros de un tiro (nunca mejor dicho)

Lirtea dijo...

Pues yo lo veo bien, sobre todo no por culpa de los niños que son eso, niños, sino porque los padres pasan de ellos y dan la lata a los demás.
Los niños muy monos, muy sinpáticos, pero como dice Serrat son "locos bajitos"
Lola