El sueño es una necesidad biológica imprescindible para
reponer las funciones físicas y psicológicas esenciales para poder rendir e
incluso vivir.
Esta es la definición sin embargo el sueño es un misterio
para los científicos. Siempre se ha creído que mientras dormíamos el organismo
se quedaba totalmente inactivo, sin embargo estudios sobre la actividad cerebral
en el sueño ha demostrado que estando
dormido se llega a tener una actividad cerebral tan activa como en vigilia, al
menos en ciertas etapas del sueño.
La primera etapa del sueño es el llamado sueño lento. Empezamos
a sentir una desconexión con el mundo que nos rodea, el primer síntoma es la
pesadez de los párpados. Si nos despertamos en este momento nos mostramos
incapaces de coordinar ideas, como si la corteza cerebral hubiese dejado de funcionar.
Según va pasando el tiempo la desconexión con el entorno se
va acrecentando, las conexiones neuronales
empiezan a liberar mucha menos acetilcolina y amina, neurotransmisores imprescindibles
para las distintas conexiones, eso
conlleva menos respuesta a los estímulos externos y por lo tanto entramos
en un sueño mas profundo.
De este sueño lento se llega al llamado REM donde el
registro en el electroencefalograma es idéntico al que resulta estando
despierto. En la fase REM es difícil que el individuo despierte. El cerebro presenta
un fuerte consumo de oxigeno por el cerebro, los globos oculares se mueven con
rapidez es justo cuando se producen las
ensoñaciones y si el individuo despierta es fácil que recuerde lo soñado.
A lo largo del sueño se alternan una fase y otra, sueño
lento y REM
El número de horas óptimo que habría que dormir cambia según
cada persona pero una media de 4 a 5 horas cada 24 sería necesarias para mantener las funciones básicas de
funcionamiento del organismo, hasta completar las 8 serían importantes para
mejorar el bienestar vital.
Investigaciones apuntan a una clara incidencia de
enfermedades cardiovasculares, inmunológicas,
hormonales... con la falta crónica de sueño, e incluso se sabe que la muerte sobrevendría con la falta absoluta de sueño.
Realmente la función del sueño no se sabe cual puede ser. Si
se sabe que todos los animales superiores sueñan.
Una característica de las ensoñaciones es el componente
emocional que tienen y así notamos angustia, miedo, felicidad. Una de las teorías
mantiene que estas ensoñaciones son producidas por el cerebro para en vigilia
poder procesar ciertas emociones difíciles de afrontar.
El estrés y los malos hábitos en la vida cotidiana nos lleva
a los trastornos de sueño.
Para luchar contra ello se recomienda:
.-Llevar una vida sana,
.-No abusar del alcohol
.-Hacer ejercicio físico durante el día.
,.Limitar las siestas a 30
minutos
.-Evitar la cafeína, el alcohol y las comidas fuertes
pesadas o picantes antes de dormir
.-Dormir en un lugar satisfactorio
.-Fijar las horas de ir a dormir y levantarse.
Hoy día 18 de marzo es el día mundial del sueño, bajo el
lema:”Dormir bien es un sueño alcanzable”
Hay que concienciarnos de la importancia que tiene un buen
descanso y que los trastornos del sueño puede conllevar serias consecuencias.
La prevención, una vez más, está en nuestras manos.
©PyM
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