Todos los años igual, llega el mes de Agosto y la EMT, el
metro, es decir, los transportes de
Madrid se creen que aquí no se queda nadie y el intervalo de asiduidad de llegada en una
parada puede triplicarse en el tiempo.
Hay autobuses que si ves cuando llegas a la parada que se acaban de ir, más vale
que cojas el 2, un pie adelante y otro
después.
20 minutos esperando hoy al bus 50, esperando a 38 grados de
temperatura. 18 minutos el otro día en las Rondas, esperando al 41. Ayer 18
minutos en Alberto Aguilera esperando el M-2. Pero lo gracioso es que no iban
mal en su trayecto. En concreto el 50 llegó y esperamos un rato a que el
conductor le diera salida porque había llegado pronto.
Claro, una vez que llega el autobús vamos apiñados dentro de él porque
aunque haya menos usuarios en el total del día da tiempo a que lo cojamos más número de ellos. Porque además hay que sumar la cantidad de visitantes que tiene la ciudad en
estos días. Es decir, que esperamos más
y vamos peor.
Yo puedo llegar a entender todo esto siempre y cuando el
precio en los eses de verano no sea el mismo que el del resto del año, si el servicio
es distinto no puede cobrarse lo mismo. Vamos, esto es de Perogrullo. Si tú me das peor servicio, ¿por qué tengo yo
que pagarte lo mismo? La respuesta es porque la EMT y suburbano nos tienen
cogidos por… las coletas.
¿Y qué nombre le ponemos a esta actitud por parte de las
empresas de transportes? A nosotros se nos ocurre unos cuantos nombres.
—Pirmaky, cuando
esperas al bus durante 20 minutos se te queda una cara de pringao…
—Manly, te aseguro que la tuya no es de iluminati.
—Vaya por dios.
©PyM
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