En 1785 Friedrich Von Schiller escribió un poema llamado “Oda
a la alegría” . Años después este poema inspiró a Beethoven para componer el
movimiento final de la Novena Sinfonía. En el año 1969 Waldo de los Ríos lo
versionó poniéndole voz Miguel de los Ríos.
La letra versionada ponderaba la libertad y el sentido de
hermandad con la que la versión original siempre había sido identificada. Fue
un éxito mundial.
Hace 50 años de aquello y hoy sigue teniendo la misma fuerza y transmite el mismo sentimiento: una llamada a la
libertad y a la hermandad entre todos los pueblos, entre todas las gentes.
Quizás a estas alturas deberíamos haber reconocido que se trata de una utopía, pero no nos damos por vencidos.
Quizás a estas alturas deberíamos haber reconocido que se trata de una utopía, pero no nos damos por vencidos.
©PyM
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