16 mayo 2022

PyM estuvo en Casa Revuelta. Madrid

 




Hemos estado en el bar Revuelta, una de las tabernas más clásicas de Madrid.

Pues sí, hoy lunes es fiesta en Madrid, se celebra San Isidro, como cayó en domingo… Así que, a pesar de que todo se pone de bote en bote, quisimos pasar por turistas y nos fuimos al centro.

Bajamos por el Madrid antiguo, plaza Mayor, calle Toledo… Nos sentamos en un bar que hace esquina, un bar “de cuyo nombre no quiero acordarme”, más que nada por no hacerle publicidad. Un bar donde después de llevar como quince minutos nadie nos atendía y tuvimos que levantarnos.  No culpamos al personal, el local dentro estaba vacío, pero fuera como 40 mesas y todas repletas, para todas ellas dos camareros y uno de ellos desapareció. Así no se puede.

Nos sentamos justo en frente, en el bar Revuelta, en el segundo local que ha abierto esta casa. Siempre habíamos estado en el primero, el de toda la vida de la calle Latoneros, a cincuenta metros el uno del otro, pero es cierto que el primero es pequeño, sin dónde sentarse, con tanta gente siempre que no puedes tomar nada de manera tranquila, tienes que tomarte la caña como si te estuvieran persiguiendo, y no era lo que hoy queríamos, así que nos sentamos en este otro que tienen en la calle Cuchilleros número 10, que aun siendo también pequeño tiene unas cuantas mesas en la calle.



La atención de los camareros muy buena y rápida.

Cuando trajeron la copa de cerveza, me dieron ganas de llorar, qué maravilla.



Por supuesto pedimos lo más típico: La tajada de bacalao que, como siempre, venía sin espinas, sin aceite, todo magro, en su justa medida de sal… Gloria bendita. Yo creo que el mejor sitio donde se comen.

La ensaladilla bastante abundante. La hacen con la patata muy deshecha y apenas mahonesa, la mahonesa por encima, esta es una forma de hacerla muy habitual en muchos bares que no entendemos. ¿Tan cara está la mahonesa?

La tosta de anchoa era eso: una anchoa solitaria, pobre ella, daba pena verla tan solita, en una tosta a su medida, pequeñita. Con el tomate aparte para que al menos mientras te servías pensaras que tardabas más en comerla y por tanto era más grande, pero no, era lo que era, una triste anchoa.

Las tortitas de camarones también bien fritas, no se le veían el aceite, lo cual se aplaude porque no en todos los sitios saben hacerla.

Los precios lo que se espera en plena zona latina, entre la plaza Mayor, la cava baja, calle Segovia, Iglesia San Isidro… ¿¡qué quieres!?

Pues eso, que ha sido agradable aunque no perfecto. 


Así nos ha ido y así os lo hemos contado.

 


©PyM

1 comentario:

Lirtea dijo...

Muy buena reseña del lugar.