Hemos estado tomando una caña en
un bar- restaurante llamado “Madrid de tapas”
Está situado en una zona
privilegiada de Madrid: zona Austria, a metros de la mismísima plaza de
Oriente, en la calle Carlos III número 1.
La decoración es modernista,
cuidada, todo blanco y negro, con terraza en el exterior.
Entramos atraídos por la oferta: Tapa mas caña 2 euros. Su web, invita mucho más que lo que luego se presume ofrecen cuando se visita, o bien les pillamos en un día malo, que todo puede ser. Pero los vasos eran de caña con logotipo de San Miguel, las servilletas simple papel... nada especial.
La atención no es
mala aunque no entiendo por qué una pareja de clientes que entraron y se
sentaron en una mesa para pedir una tapa, el camarero le invitó a ir hasta la barra
a leer la tabla de tapas que había. La tabla que por cierto estaba tras la
barra en el suelo y había que empinarse para poder leerla, otra cosa es que
contenía quizás 7 u 8 tapas, y casi ninguna de elaboración: chorizo,
morcilla, pimiento, vamos, que no era muy difícil de memorizar.
Nos pedimos una tapa de paella.
El plato era generoso, pero era arroz en amarillo, de paella nanai de la China,
sólo sabía a colorante (que no azafrán) y según utilizabas la servilleta de
papel se volvía esta de un color amarillo que daba miedo o risa.
Lo que sí es cierto y no hay que
pasar por alto es que la caña estaba pero que muy bien tirada, lo cual no es
fácil de encontrar, un bar donde tiren bien la cerveza. Según se bebía se
quedaban los círculos de la espuma que daba gusto.
No se puede decir que la oferta fuese barata porque la tapa no era buena y a
la calidad nunca hay que renunciar, ni por poco ni por mucho precio, de todos modos es un bar ideal
para hacer un descanso esos días que no paras de un lado a otro, entras, te
sientas, haces un receso tomándote una caña,
sabiendo que estás en una de las plazas más bonitas de Madrid y luego
sigues tu camino. Sin mirar atrás.
—Pirmaky, si este camarero llega
a estar en Sevilla donde los bares tienen como 20 tapas distintas y todos los
camareros se las saben de memoria, a este hombre le da algo.
—Manly, no, simplemente se viene
para Madrid pitando.
Publicado por ©PyM
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