Nada mejor que dedicar nuestro tiempo libre a alguna actividad
que nos pueda relajar, salir de la monotonía del trabajo, de las obligaciones.
Y si esta actividad es creativa, a la vez que relajante será positiva para
nuestro “yo” y quién sabe si también para nuestra economía. Esto último es el
caso que nos trae hoy.
Hoy en día cuesta todo mucho
como para andar tirando lo que ya no tenga utilidad. Lo suyo es darle
una segunda oportunidad y pensar en qué puede convertirse, es decir, reciclar.
No sólo un objeto que tengamos en casa puede valernos, también puede servir un
objeto que alguien haya desechado.
Desde aquí hago un llamamiento: aquello que no le sirva,
aquello de lo que se quiera deshacer, no
lo rompa, déselo a alguien que pueda usarlo o al menos déjelo encima de un
contenedor, alguien lo cogerá.
Mi madre que como todas las madres es sabia, me lo dijo un día hace ya muchos años: “No
entiendo por qué destrozan algo que no quieren, así a nadie le podrá servir, qué
egoísmo”. A mí eso se me quedo grabado.
Simplemente hay que echarle imaginación y con tiempo se llega a tener incluso técnica.
Para ejemplo os vamos a facilitar el enlace de un blog donde
su autora no deja de asombrarnos día a día. Un blog que está siendo pionero en
su campo, con mucha generosidad en sus explicaciones que detalla con todo lujo
de pormenores: “El refugio de Lirtea”
"El refugio de Lirtea" Pinchar y os llevará al blog
©PyM
—Manly, hay quien tiene las manos que parecen los pies de
otro
—Pirmaky, ¿por quién lo dices?
—Por nadie manly, por nadie
—Ah, como me mirabas a mi cuando lo decías…
—Ehh… manly qué
fresco hace, ¿verdad?
©PyM
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