El Barcelona Club de Fútbol, aún ganando 1 a 0 al Inter de Milán, perdió la final que tanto ansiaba celebrar en el Santiago Bernabéu.
Para nada valió la cacerolada que la noche anterior los barceloneses brindaron al Inter en la puerta del hotel donde pecnotaban y mucho menos cuando los interistas celebraban el pase a la final una vez terminado el partido, en el campo, les pusieran los aspersores a funcionar, esto último, visto por todos los aficionados del mundo y por los no aficionados. Con estas acciones, el Barcelona, denota que con todos los 6 títulos que consiguió el año pasado no está a la altura de los jugadores del inter.
—Alaaaaaa… Pirmaky, vaya mal perder que se gastan estos del bcn, pues te digo algo: quien no sabe perder con honor no es merecedor de ganar
       —Manly, cada uno queda por lo que es.
—Pirmaky, y a todo esto: tú “disgustao” porque no vengan, jeje.
Para nada valió la cacerolada que la noche anterior los barceloneses brindaron al Inter en la puerta del hotel donde pecnotaban y mucho menos cuando los interistas celebraban el pase a la final una vez terminado el partido, en el campo, les pusieran los aspersores a funcionar, esto último, visto por todos los aficionados del mundo y por los no aficionados. Con estas acciones, el Barcelona, denota que con todos los 6 títulos que consiguió el año pasado no está a la altura de los jugadores del inter.
—Alaaaaaa… Pirmaky, vaya mal perder que se gastan estos del bcn, pues te digo algo: quien no sabe perder con honor no es merecedor de ganar
       —Manly, cada uno queda por lo que es.
—Pirmaky, y a todo esto: tú “disgustao” porque no vengan, jeje.
Publicado por ©Pirmaky
3 comentarios:
Como deve ser.
¡Santiago y Cierra España!
Y el SANTIAGO BERNABEU quedo zerrado a las uestes, separatistas del Laporta, lo ziento por los deportiztas.
Federica
Ya no hay fair play.
Es lo que yo digo siempre, el honor es lo más importante. Hay que ser honorable y saber perder. Aquí el amigo Pirmaky es un ejemplo incuestionable de ello. Lo suyo es saber soportar el perder del equipo de sus amores y hacerlo con ese porte castizo, caballeresco y elegante que jamás se mete con los árbitros, reconoce la valía del contrario y acepta sus propios errores. No hay mas que leerle de vez en cuando. Felicidades.
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