16 septiembre 2015

Reciclado en casa

Nada mejor que dedicar nuestro tiempo libre a alguna actividad que nos pueda relajar, salir de la monotonía del trabajo, de las obligaciones. Y si esta actividad es creativa, a la vez que relajante será positiva para nuestro “yo” y quién sabe si también para nuestra economía. Esto último es el caso que nos trae hoy.

Hoy en día cuesta todo mucho  como para andar tirando lo que ya no tenga utilidad. Lo suyo es darle una segunda oportunidad y pensar en qué puede convertirse, es decir, reciclar. No sólo un objeto que tengamos en casa puede valernos, también puede servir un objeto que alguien haya desechado.
Desde aquí hago un llamamiento: aquello que no le sirva, aquello de lo que se quiera deshacer,  no lo rompa, déselo a alguien que pueda usarlo o al menos déjelo encima de un contenedor, alguien lo cogerá.  
Mi madre que como todas las madres es sabia,  me lo dijo un día hace ya muchos años: “No entiendo por qué destrozan algo que no quieren, así a nadie le podrá servir, qué egoísmo”.  A mí eso se me quedo grabado.

Simplemente hay que echarle imaginación y con  tiempo se llega a tener incluso técnica.

Para ejemplo os vamos a facilitar el enlace de un blog donde su autora no deja de asombrarnos día a día. Un blog que está siendo pionero en su campo, con mucha generosidad en sus explicaciones que detalla con todo lujo de pormenores: “El refugio de Lirtea”





"El refugio de Lirtea"   Pinchar y os llevará al blog    






—Manly, hay quien tiene las manos que parecen los pies de otro
—Pirmaky, ¿por quién lo dices?
—Por nadie manly, por nadie
—Ah, como me mirabas a mi cuando lo decías…
—Ehh…   manly qué fresco hace, ¿verdad?




©PyM 

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