Las falsas noticias no es algo
nuevo, pero sí es cierto que últimamente proliferan más que nunca. El
objetivo: ir contra “los otros”, es decir, y en este caso concreto al que nos
referimos, echar mierda a la derecha desde la izquierda y echar mierda a
la izquierda desde la derecha. Todo, aprovechando el tema del coronavirus.
Personas que están en sus casas y
dedican el tiempo a buscar fotos antiguas o de otros países y publicarlas en
las redes como si fueran actuales, se
hacen perfiles expresamente para dar publicidad a circunstancias que no se han
dado… todo es válido. Todo para enguarrinar a unos y a otros.
Lo dramático es que las
consecuencias no la van a sufrir los políticos a quienes van dirigidas ni los
partidos a los que pertenecen. Las consecuencias las sufrimos ya quienes por la
mañana nos levantamos con la esperanza de que las cifras sean más esperanzadoras.
Nos levantamos con el anhelo de que los hospitales estén siendo llevados con
coordinación, que los sanitarios ya estén provistos de equipos suficientes que
les protejan. Y así, ciudadanos que estamos confinados aguantando
día a día a que todo esto pase nos vemos afectados en nuestra moral.
No es suficiente ver los números que estamos
sufriendo en la famosa curva, no es suficiente saber que tenemos colapsados
nuestros hospitales, que faltan equipos, que no llegan los aviones prometidos,
a eso hay que agregarle las mentiras de ambos lados.
Ayer sin ir más lejos, por
televisión, vimos a una señora muy
mayor que acababa de superar al virus: “Da más miedo ver la tele que estar
hospitalizada”.
Hay que recordar que las guerras
las pierden quienes no son capaces de
unir sus filas y las ganan quienes saben
mantener la unión entre sus soldados. Esto es una guerra y nos va la
vida en ello. Cierto que cuando esto acabe habrá que analizar cada paso que se ha dado y el
que no se ha dado, habrá que pedir responsabilidades, nosotros, PyM hemos
sido los primeros que hemos dicho y mantenemos que hay actuaciones y falta de
previsiones que no se pueden quedar impunes, pero eso tiene que venir después.
Ahora toca remar todos en el mismo sentido porque hay que alcanzar la otra
orilla. Ahora toca el no desmoralizarnos, el no infundir miedo. El decir únicamente la verdad.
Esta situación es difícil para
todo el mundo, para quienes luchan en
primera línea de batalla: sanidad; para
los de segunda: militares, policías, reponedores, farmacéuticos…; para los que
estamos atrincherados en casa. Y cómo no
va a ser difícil para los que tienen en sus manos la obligación de actuar y
disponer y dirigir. Difícil para todos,
pero si ahora nos tiramos trastos,
perderemos tiempo en salvar vidas.
Mantengamos la calma, dejemos las
Fake News, intentemos aportar lo positivo que cada uno tenemos para salir lo
antes posible de esta tragedia. Nos va
la vida en ello.
©PyM
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